¡Es Navidad!
El clima cambia, empiezan a romper los nortes, oscurece más temprano,
el viento canta a través de los árboles,
son los indicios de la Navidad!
Es la época del año en que afloran todo tipo de sentimientos y cada sentimiento
se intensifica al máximo. No importa el dolor o la alegría que estemos
sientiendo, hay un imperativo, que dar es importante y urgente.
Dar algo de lo que tenemos para quienes no tienen ni un bocado que llevarse a la boca.
Dar un regalo a aquellos niños que sin nuestra generosidad su carita no se iluminará
frente al resplandor de un juguete.
Dar tiempo a los amigos que nuestras múltiples y muchas veces
banales ocupaciones los han sacado de agenda.
Dar una mirada de afecto a aquellas personas que evitamos ver cuando casi nos tropezamos
con ellas en las calles.
Dar un lugar en nuestra cena familiar para quien pasará las festividades en completa soledad.
Dar la palabra a nuestras familias que de ahora en adelante daremos la
vida por cumplir las promesas hechas.
Dar un saludo a los vecinos que en la prisa diaria han sido víctimas de nuestra indiferencia.
Dar con mucha alegría, porque puede que ellos o nosotros no estemos en este mundo
para compartir lo que este año no hicimos el esfuerzo.
Y finalmente, pero no menos importante, dar un espacio de silencio y quietud a Dios para oír sus susurradas indicaciones y así nuestra vida cumpla la misión encomendada.
Hilda Méndez Vargas.
Ale.